Julian Houchin, director de Eden Arc, un proveedor de alojamiento alternativo, explica por qué los viajes experienciales están impulsando a los hoteleros a crear estadías memorables.
Vivimos en la era de la “economía de la experiencia”, donde los huéspedes anhelan la aventura y la exploración, donde las experiencias se vuelven transformadoras y sensoriales, trascendiendo más allá de la experiencia real y el momento en el tiempo. Nos hemos vuelto menos materialistas y más emocionados de compartir experiencias reales con familiares y amigos y crear esos recuerdos que durarán toda la vida.
El término ‘viaje experiencial’ define ese cambio en el comportamiento de los huéspedes hacia una forma de viaje más activa, comprometida e involucrada. Esto también se aplica a los hoteles, donde los huéspedes quieren y esperan más de su experiencia hotelera, por lo que los hoteleros están aprendiendo a adoptar la economía de la experiencia.
Una cosa que la industria hotelera ha aprendido de Airbnb es la creciente demanda de alojamiento experiencial alternativo, divertido y memorable y esto crea una oportunidad para que los hoteles se adapten a través de un diseño innovador. Ya no se trata del coleccionismo materialista de cosas, sino del coleccionismo de experiencias que van desde los deportes de aventura y el turismo activo hasta la inmersión auténtica y vivir como un local, todo lo cual apela a ese anhelo de aprendizaje continuo y desarrollo personal.
La definición de lujo hotelero se está redefiniendo a medida que las demandas de los huéspedes del hotel evolucionan desde la elegancia tradicional de la decoración y el servicio de lujo hasta las ideas de autenticidad y experiencia. Se trata menos de materiales y acabados que de la oferta de estilo de vida. Los huéspedes han adoptado la informalidad, donde el servicio se ha vuelto más relajado y amigable, lo que permite que los huéspedes se sientan más a gusto. Los espacios públicos se reinventan para volverse inolvidables e incluyen vestíbulos, bares, restaurantes y zonas ajardinadas.
La demanda de experiencias de alojamiento alternativo se extiende a los hoteles de estilo de vida basados en la naturaleza y sosteniblemente inclinados, donde los huéspedes pueden alojarse en un espacio que se siente más como en casa, creando espacios acogedores para socializar y entretenerse. El diseño distintivo se está convirtiendo en la norma a medida que los huéspedes buscan ese factor sorpresa, momentos y oportunidades instagrameables. Está animando a los propietarios y operadores de hoteles a crear experiencias más memorables.
Desde viviendas en casas de árboles, resorts de tiendas de campaña, hoteles domo y cápsulas para dormir, la industria hotelera se reinventa sin cesar. Esto se evidencia aún más con The Tawny Hotel en Staffordshire, descrito como “un hotel como ningún otro”, así como la reciente apertura de Naviva Four Seasons en Punta Mita, México.
El nuevo concepto de hoteles deconstruidos responde al deseo de privacidad de los viajeros y a una sensación más básica donde los huéspedes buscan experiencias remotas, una tendencia creciente para 2023. Los hoteles deconstruidos han cambiado la forma en que pensamos acerca de los hoteles. Atrás quedaron las recepciones tradicionales y los diseños de vestíbulo, y el alojamiento estándar en habitaciones de hotel.
En cambio, los huéspedes son recibidos con alojamiento para huéspedes seleccionados, estratégicamente ubicados para respetar su privacidad y priorizar el aspecto experiencial para el huésped.